Solo en Madrid, durante la última temporada 2010-2011, los cazadores han asesinado un total 1.086.030 animales: 3.907 jabalíes, 1.215 ciervos, 435 gamos, 150 corzos, 584.040 conejos, 194.414 perdices, 4.686 zorros, 14.582 tórtolas, 4.026 codornices y así hasta las 1.086.030 víctimas.

Además de las víctimas directas de los disparos, los otros grandes olvidados son los perros usados para la caza.
Miles de ellos viviendo atados a cortas cadenas todo el año, alimentados con desechos y abandonados a su suerte cuando ya no sirven, sino acaban colgados del primer árbol si al cazador así le place.


También las personas son muchas veces víctimas de los escopeteros. Según datos de las propias asociaciones de caza, anualmente son cerca de 2.600 los accidentes de caza ocurridos en España.

Por otra parte, durante la temporada de caza se imponen los derechos de una minoría cazadora (0,47% de la población de la región) sobre el resto de la población no cazadora.
La actividad cinegética que se ejerce sobre el 73% del territorio madrileño, impide o limita el disfrute de la naturaleza del resto de usuarios y supone un riesgo para el ejercicio de actividades al aire libre.

PECTA se opone totalmente a la caza en cualquiera de sus formas y métodos.