Este año, en que el Día se celebra por trigésima vez, el tema es “Paz y democracia: haz que tu voz se oiga”. “En armonía con el tema del Día se está produciendo en el mundo un fenómeno extraordinario. En todas partes, las y los jóvenes están demostrando el poder de la solidaridad acercándose unos a otros y manifestándose unidos en favor del objetivo común de la dignidad y los derechos humanos. Este impulso poderoso trae consigo la posibilidad de crear un futuro en paz y democracia”, según se lee en el portal de la ONU.

    La paz puede entenderse como ausencia de violencia y presencia de justicia. Es fundamental reconocer que no sólo los humanos hemos padecido los estragos de la violencia y la injusticia, pues cada día millones de animales son víctimas de las mismas. En este sentido es importante, por no decir imperativo, que la paz deba procurarse hacia todas las especies que habitamos el planeta.

    Erradicar la violencia e injusticia hacia los animales es importante por la justicia que les debemos, pero también existe una vinculación muy estrecha entre ésta y la violencia hacia los semejantes. Recientemente la Fundación Argentina para el Bienestar Animal realizó un estudio cuyas encuestas en las cárceles indican que “el 73.9 por ciento de los participantes que maltrataron animales durante su infancia y/o adolescencia, cometió delitos violentos contra las personas durante su adultez; mientras que solamente el 21.1 por ciento de los participantes que nunca maltrataron a un animal cometió este tipo de delitos. Los probabilidades de los individuos que maltrataron animales de cometer delitos violentos son 10.58 veces mayores a las que tienen los individuos que nunca han maltratado animales”.
    En las conclusiones del citado estudio se lee también que “debido a que el maltrato hacia los animales constituye un aviso sobre la posible existencia de otras formas de violencia y que la malicia a seres capaces de experimentar dolor y estrés es inaceptable en una sociedad civilizada, es imprescindible tomar este problema con seriedad”.

    Es claro que la paz no ha de limitarse a los semejantes, sino a todas las especies con quienes compartimos el planeta.

    El movimiento por los Derechos Animales promueve una cultura de respeto y justicia, denunciando cualquier tipo de violencia, explotación o discriminación hacia los más desprotegidos, y ofreciendo alternativas de consumo que sean éticas con todo ser sintiente.

    El movimiento por los Derechos Animales trabaja incansablemente mediante la educación, sensibilización y concienciación, para que todos los días sean de paz para todas las especies que habitamos el planeta.

    En armonía con el tema del Día, sería congruente por parte de los dirigentes políticos, considerar que la mayoría de los ciudadanos desaprueba los espectáculos que utilizan animales. Impulsar iniciativas de ley para prohibirlos, o apoyar las existentes, sería un verdadero ejemplo de democracia.