P.E.C.T.A.

Os ofrecemos un poema de “La guadaña entre las flores”, totalmente inédito. Corresponde al momento final en que el toro, ya sacrificado pero aún vivo, es arrastrado por las mulillas al desolladero, y el autor (Padilla) imagina que se introduce en el cuerpo todo herida del toro, para adentrarse en su agonía y acompañarlo en sus últimos segundos de vida. La mayor parte del poema está escrito sin puntuación para agilizar la emoción contenida del momento poético.

Voy a verte al hospital del desamor
Te arrastran en quietud de estatuas las mulillas volando
el conjunto y el suelo y yo ando
hacia ti nos llueven mis lágrimas,
esta es la muerte la punzante pena que gira tu interior,
tu techo de intensa luz sangre
tus paredes de violento rosa
tú un carrusel fúnebre


Huele a rosas

Hay un llanto multiplicado como una explosión
de espejos en los jirones de cielo abierto
de tu girante piel abierta al aire,

es oscuro son muchos pasillos
en noche donde yo camino



Un nudo en la garganta
un tronco de árbol creciendo en la garganta
y en los aires fríos entrecruzados

un mugido abre alto y hondo tañido femenino helado te mueres
pero yo no soy un doctor y voy a verte,
pero yo no soy mil enfermeras y te llevo un beso
y estoy empapado y mojo tus sangres cordilleras
de mis nevadas lágrimas
y hay un caer en la vibración de la pisada,
un sentir abismos hasta en la intención
de las semillas aún no nacidas
de los céspedes futuros
de las praderas futuras
que yo andaré,
que quema más en mi pecho y más la lágrima.


Sé que aún estás dentro de ti, lo sé, aunque no hay nadie en ti,
en esa negra pradera tierra negra

y cielo bajo negro que roza la cabeza frío
por la que aún ando hacia atrás y el silencio
se siente pensar.


Sé que en algún lado de ti dentro
tú aún
y yo voy a verte
yendo con pena ampliando mi cabeza

sin cráneo a los torbellinos a los fríos.


Recorro habitaciones
dentro de ti esquivando

oleajes de luz roja huele a rosas
y bajo sus mareas se ve hierba creciendo
hacia abajo en gritos



En un cuarto hay flores comiendo tu hocico y las paredes
son el cielo azul que gira lento helado


En otro cuarto hay un lago y leones ahogados

En otro estás tú durmiendo bajo un árbol y llueve y el arco iris
Estatuario


En otro veo intentar ascender
a una multitud de espantapájaros
la empinada ladera de una montaña porque arriba la luz
verde huidiza de cirujanos la sonrisa con dientes,
sin conseguirlo y huele en el aire
muy intenso el sudor de sus vanos esfuerzos que ha
puesto huevos, sus fuertes sudores
flotando blandos y transparentes como insectos planos


Tiemblas cuando te ando me sube luz rosa los tobillos
y por las paredes rosas,

es tu estrella que parte,
pero ya no suenan flores su luz
sino que toco con mis ojos vibrar violines
y huele mucho a verde
nostálgico: parece un rugido que gatea


En la última habitación ya estás tú

El frío hondo que cae y abre abismos
Y estás oscuro y las paredes
negras y lo iluminas un poco todo en debilidad
tú con un aura blanca triste que sale de tu piel
y no controlas y apena el conjunto



Eres un toro hombre delgado Piensas.
Sentado apoyada la espalda en la pared
en un rincón,
con las manos negras sujetándote
la cabeza y llorando muy ruidosamente,
un lamento medio llanto medio mugido,
todo el aire y las paredes parecen
un altavoz para tu dolor crecido y sin paredes.


Una foto en medio del suelo de la estancia
es la que te arde el alma
y por eso la pena
y por eso la sangre en tus ojos
como un ácido
de piedras que caen y tú no ves más
que hacia abajo de ti.
En la foto, el rostro
de una bellísima mujer de ojos verdes
y pelo verde
que te sonríe con luz y río
y en cuya sonrisa vuelas
y caes hondísimo la muerte.


Abres el oleaje de los mares
de tus hondos ojos de noche
y la miras por enésima vez.
Desamor...


Y pronuncias, con voz pequeña y sin hálito,
tan llena de sufrimiento, tan herida,
que únicamente sale de tu herida-boca
un coágulo de sangre sonoro:
- Dehesa...

Y te agarras tu dolor-cabeza con las manos
mientras tus cuernos caen blandos.
Mientras en el desolladero tu cuerpo
es troceado vivo huele a estrellas.